
Su aula casi siempre estuvo en el mismo edificio, y todos nosotros siempre nos hemos referido a ese lugar como "La casita de Isabel Sánchez".

Por eso hemos querido que, aunque ella ahora se jubila y ya no va a venir todos los días, ese lugar siga siendo siempre su casita. Y puesto que este colegio lleva escrita su historia por las paredes en forma de placas y azulejos, hemos añadido una página más a ese gran libro, para que las próximas generaciones de profesores y alumnos no olviden nunca que en este lugar, ejerció la mayor parte de su vida una gran maestra, una gran compañera y, sobre todo, una buena amiga. ¡Buena Suerte Isabel!